¡Baila, baila, baila! 5 razones para no dejar de bailar
1 de octubre de 2018
La mayoría de nosotros cuando nos planteamos hacer ejercicio lo primero que pensamos es apuntarnos al gimnasio, ir al polideportivo a hacer natación, salir a correr por las mañanas,… pero pocos pensamos en bailar.... ¡sí, en bailar!, has leído bien. Y es que mover el cuerpo al ritmo de la música es un buen ejercicio que combinado con una buena alimentación y hábitos saludables puede contribuir, muy favorablemente, a nuestra calidad de vida. ¡Veamos cómo!
1. Para conectar con un mismo. El baile es una actividad y forma de expresión creativa. Más allá de los pasos establecidos o del estilo de movimiento propio de cada género, bailando despertamos nuestras emociones mediante el movimiento y esto facilita que de forma natural y desinhibida expresemos nuestro estado de ánimo, sentimientos, etc. Todo ello, creatividad y sentimientos nos ayudan a conectar con nosotros mismos, a canalizar adrenalina y a mejorar nuestro estado de ánimo. Bailar es sinónimo de alegría, diversión, júbilo,… Y es que, ¿habéis visto alguna vez bailar a alguien triste? Si os fijáis la próxima vez que os lancéis a la pista de baile, os daréis cuenta que todo el mundo tiene ¡una sonrisa en la cara!
2. Para socializar con los demás. Desde muy pequeños, una de las primeras actividades que nos ayudan a conectar de forma rápida con los demás es el baile. En la guardería i en la escuela, los más pequeños bailan juntos fortaleciendo así su sentimiento de pertenencia al grupo, y lo hacen a través de una actividad que les resulta atractiva y divertida y que contribuye, además, a su desarrollo psicomotriz y coordinación de movimientos. De adolescentes, ir al baile de fiesta mayor o a la discoteca se convierte para la mayoría de jóvenes en una actividad clave que actúa como desinhibidor y potenciador social, mientras que de más mayores, asistir a clases de baile o salir a bailar, además del hecho de cultivarnos personalmente y añadir un punto de distracción a la rutina diaria, nos asegura un buen ejercicio a través del que mejorar nuestras relaciones interpersonales y nuestras habilidades sociales, incluida la superación de la timidez.
3. Para mejorar la agilidad mental. ¡Sí!, el baile contribuye, también, a nuestra salud mental y es que más allá del refuerzo positivo, seguridad y confianza que nos puede proporcionar, por ejemplo, el dominio de ciertos pasos, el baile contribuye a ejercitar nuestra concentración para sincronizar música y movimiento o para coordinarnos bien con nuestro acompañante o el resto del grupo. Bailar además, nos aporta decisión (entrelazar un paso con otro comporta un continuo de decisiones rápidas) y nos ayuda a mantener ágil nuestra memoria, recordando pasos y coreografías. De hecho y según un estudio de la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York publicado en el New England Journal of Medicine, bailar es una de las actividades que más contribuye a disminuir el riesgo de demencia. En concreto, según este estudio, mover el esqueleto de forma regular reduce este riesgo un 76%, frente un 47%, que se estima disminuye la afición a los crucigramas . La razón, explican, es que cuando bailamos entrelazamos pasos y esto incrementa la complejidad de las sinapsis neuronales.(transmisión de estímulos nerviosos) y el "cableado neuronal" se estructura una y otra vez.
4. Para mejorar nuestro estado físico. El baile es un ejercicio en toda regla. El movimiento que hacemos al bailar tonifica los músculos, fortalece los huesos y nos ayuda a mantener en buena forma a nuestras articulaciones. Todo ello resulta un buen preventivo contra la osteoporosis y la artritis, además de un buen aliado para el fortalecimiento de nuestros pulmones y para nuestra salud cardiovascular. Bailar, también, aumenta nuestra flexibilidad y, evidentemente, tampoco nos pasa por alto, que esta completa actividad aeróbica nos ayuda a quemar calorías, lo que nos puede ayudar tanto a perder peso, como una vez conseguido situar la aguja de la báscula en el lugar que queremos, mantenerla a raya, siempre claro, que tanto en un caso como en otro, sigamos una dieta equilibrada.
5. Para aumentar nuestro sex-appeal. ¡Cuántas relaciones se han iniciado en una pista de baile! Existen estudios que han relacionado algunas formas de baile con el cortejo de las aves y es que el baile puede resultar una gran arma de seducción. Bailar nos ayuda a acercarnos a otras personas y puede resultar una excelente primera "prueba" para saber si existe química con nuestra posible pareja. Bailando conectamos el cuerpo y el alma, algo vital entre los amantes que encuentran en los movimientos sensuales una importante fuente de atención. El baile, pues, es aceptado por mucho como técnica de insinuación, como coqueteo previo y preámbulo a un siguiente paso. Una buena sonrisa, unas dosis de simpatía, y otras tantas de dulzura, harán el resto.
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