Documenta, una librería única y diferente en el corazón del Eixample

"Documenta es la más pequeña de las librerías grandes y la más pequeña de las grandes librerías de Barcelona", explican sus propietarios. Ubicada en la calle Pau Claris, 144, en pleno territorio del Eje Comercial Cor Eixample, el negocio nació en 1974 de un proyecto de Josep Cots y Ramón Planes, hoy en día, todavía vigente, gracias a una renovación continuista personificada en Eric del Arco, un ingeniero convertido en librero.

Esencialmente humanista, Documenta transpira en sus mesas y estanterías, "las obsesiones" de sus propietarios. Libros de viajes, antropología, sociología, historia,… y otras muchas temáticas conforman el importantísimo fondo bibliográfico de este establecimiento, cifrado entre 12.000 y 17.000 títulos y unos 20.000 libros en total, todos a disposición de los clientes. A pesar de este abundante fondo, Documenta es una librería pensada para que un librero la tenga entera en su cabeza. Eric del Arco nos la presenta...

¿Cómo surge la idea de una librería como Documenta?

El concepto de Documenta es fruto de lo que estaba vigente, en cuanto a librerías se refiere, en la Europa de 1974. Ramon Planes y Josep Cots hicieron por aquel entonces, un tour por las librerías barceloninas más importantes del momento para coger ideas. La principal conclusión fue que necesitaban tener el máximo número de mesas posibles para mostrar las novedades y que estas mesas tenían que estar a la altura adecuada y cercanas a las estanterías con su fondo correspondiente. Además de todo esto, el conjunto debía estar pensado y tener una medida asequible para poder ser gestionado por una sola persona, … a pesar de que luego, en Documenta, siempre ha habido un mínimo de cuatro libreros trabajando.

¿Qué tipo de libros tenéis a las estanterías de vuestro establecimiento?

Nuestras secciones giran en torno a las humanidades: arte, cine, teatro, comunicación, sociología, antropología, historia, filosofía, viajes, poesía, crítica literaria, lingüística, novela negra, ciencia ficción y fantasía, narrativa,...

Por el tipo de libros que tenéis, entendemos que difícilmente Documenta puede ser entendida como una librería de barrio. Aún y así, ¿como os sentís acogidos por los vecinos y el resto del comercio del Eje Comercial de Cor Eixample?

Pues, aunque estamos ubicados quizás en la zona con menos vecinos del barrio, porque hay muchas oficinas, despachos y pisos turísticos, es verdad que ya contamos con muchos clientes fieles del Eixample. Y la convivencia con el resto de comercios es buenísima.

Documenta nació en el Distrito de Ciutat Vella y en 2014 se trasladó al del Eixample. ¿Qué ha significado este cambio para vuestra librería?

Descubrir el Eixample ha sido una experiencia enriquecedora. Nos hemos encontrado con un nuevo barrio, con una vida completamente diferente. Hemos encontrado un público que cuando entra ya sabe dónde va. Hay menos turistas. Esto permite un trato más personalizado y un ambiente más tranquilo. Como además disponemos de un espacio más grande, podemos ofrecer actividades diarias organizadas alrededor de nuestro fondo.

¿Por ejemplo?

Pues, por ejemplo, las mañanas infantiles, un proyecto con tres años de vigencia que pretende ofrecer un espacio familiar para compartir la literatura oral. En colaboración con las editoriales programamos un ciclo anual de 9 sesiones de narradores que explican cuentos a la manera de antes. Es una actividad gratuita que normalmente coincide con el último sábado del mes, a las 12 del mediodía.

También convocáis, desde el año 1980, el premio Documenta destinado a autores jóvenes. ¿Es buena la cantera?, ¿ser escritor es una profesión de futuro?... y ¿librero?

Hay muchos escritores de renombre para los que, en su momento, nuestro premio significó un trampolín y los situó. El premio busca un mínimo de calidad a pesar de asumir que al ganador de cada edición le queda mucho camino para recorrer. En general, tenemos una cantera de escritores interesante, pero, sobre todo, hay que destacar la aparición de una serie de editores independientes con mucho criterio personal, y, también, una nueva generación de libreros –curiosamente, unos y otros, entorno a los 40 años...–.

Ser escritor tiene menos futuro económico que ser librero. Y ser librero tiene un futuro relativo. Somos unos cuántos que creemos en lo que hacemos, pero no conocemos ningún librero rico en esta ciudad.

Y el libro tal como lo hemos conocido hasta ahora, ¿tiene futuro?

El libro como objeto querido se mantiene. Mientras todo va hacia lo digital, el libro, un elemento que no necesita estar conectado para ser disfrutado, se ha convertido en un elemento único para ser saboreado liberado de la esclavitud electrónica. Vamos contra los gurús porque los gurús también se equivocan.

El libro es un invento difícil de batir y además es de las pocas herramientas de ocio actuales que no necesita estar conectado para ser operativo. Lo podríamos comparar con las bicicletas y las motos. Continúa habiendo bicicletas... continuarán existiendo los libros.

¿Cuáles son los proyectos más inmediatos de Documenta?

El más importante es la posible apertura de una librería online que complemente la actual librería física. Además, plantearemos una serie de conferencias de historia con la coordinación de un historiador joven vecino del barrio y mantendremos la actividad diaria que nos trae a hacer más de 190 actos anuales entre presentaciones, conferencias, narradores, clubes de lectura.